

Quizás haya llegado ese momento en que te planteas las metas del futuro demasiado cercanas. Ves que tu ciudad te queda pequeña, necesitas nuevos aires, nuevas formas de vida, nuevas caras, nuevas calles, coches, farolas,,, un nuevo trayecto hasta llegar a tu casa. Las pequeñas cosas que hacen que tu vida vuelva a coger esa vibrante trayectoria que tuvo en algún momento. Porque ese día, allí arriba, viendo el mar mientras una brisa cortante y paralizante helaba mi cara, me di cuenta de que necesitaba caminar, navegar y descubrir si la misma brisa me paralizaría en todos los sitios por igual o quizás solo esa brisa pueda hacerme sentir esas sensaciones escalofriantes. Quizás me queden muchas brisas por encontrar y quizás sean tan terriblemente sobrecogedoras que me pregunte porque no lo habría hecho antes. Y la verdad me encanta la idea de saber que aun me quedan muchas sensaciones por sentir acariciando mi cara.
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