Como muñecas mecánicas se puede ver el mundo con ojos de porcelana y dormir año tras año en una caja de terciopelo, entre paletas y tul con el cuerpo relleno de paja se puede, a cada escandalosa caricia, sin ninguna razón gritar: Oh, que feliz soy!
No consigo dormir. Tengo un hombre atravesado entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo un hombre atravesado en la garganta.
¡Qué bonito es soñar! Buenas noches con amor.