Feeling Yann Tiersen

DULCE MELODÍA.

Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se quedó muda, escribía también las trivialidades, sin sospechar que cincuenta años después, sus cuadernos me servirían para rescatar la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto,,,

lunes, 17 de mayo de 2010

Nada y siempre.





Se escapa entre los dedos, pero hay que dejarlo ir. No olvidar. Siempre recordar. Pero recordar lo que nos sirvió de experiencia, lo que nos ayudó a crecer, lo que nos llevó a ser felices. Es bueno reconocer lo peor, pero también lo mejor. Nos culpamos a nosotros mismos por no ser los mejores a la hora de solucionar problemas, nos frustramos y por ello, abandonamos. Admito que cometí errores, grandes errores, en mi vida. Las cosas cambian. Nada vuelve, el reloj para detener el tiempo no existe.
También inconscientemente, llegué a sacar lo peor de mí. Soy yo la culpable de mis actos, me arrepiento de algunas cosas que ya no voy a remediar. Pero mi vida esta hecho de todo esto. Mi vida empieza con mi nombre y apellido, y terminará con mi último suspiro. Seguiré creyendo hasta la muerte en mi, que nada es imposible siempre y cuando se ponga voluntad, y que las grandes personas que pasaron, y que pasarán, siempre van a estar en mí.
Nada está perdido siempre.

1 comentario:

  1. ¡Olé, olé y olé! Eso es todo. Hay que aprender a aprender y no a olvidar. Y que nada dura para siempre, pero vivámoslo.

    Mucha luz, encanto :)

    ResponderEliminar