Nada es como parece. Las ilusiones vienen en la misma velocidad en la que se van, rápido y de forma imprevista. Hay que saber, controlar las emociones, no dejarse guiar por ellas por mucho que se sienta, se note, se percate o se perciba. Las personas no entienden esos sentimientos, el rechazo te hace ver que todo eso que sentías no es más que patrañas, que no entiendes como pudieron llegar, ya no me importa, el viento está a la orden del día.
No estoy segura de cómo paso, si fue por mi insistencia o simplemente por el hecho de querer verle y culparle por lo que le estaba pasando. Pero en fin, ahí se encontraba, de pie frente a su puerta sin poder picarle.
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