DULCE MELODÍA.
Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se quedó muda, escribía también las trivialidades, sin sospechar que cincuenta años después, sus cuadernos me servirían para rescatar la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto,,,
Te espero.
Desde el más pequeño hasta el más anciano. Desde el más valiente al más cobarde. Empezando por el más sincero y llegando hasta el mayor tímido.
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