El vehículo atravesó la autopista y él decidió quitarse sus gafas de sol apoyando la cabeza en la cristalera del autobús; tenía miedo a empezar a vivir otra vida. Momentos antes había pensado en voz alta tres tonterías mientras notaba que su cuerpo se resbalaba por el asiento. Una de las tonterías había sido: Llevo tanto tiempo fuera de lugar que me es imposible quedarme quieto en cualquier sitio.La chica rubia que estaba en la estación despidiéndole miró hacia la cristalera y él no pudo evitar soltar una lágrima de tal espesor que le impidíó tragar todo lo que no había podido decirle en los últimos cuatro días. Luego dijo la otra: Si te hubiese dicho antes lo mucho que necesito que me escuches,,, Lo repitió hasta tres veces multiplicando su fracaso; con la voz muy baja para evitar que alguien le oyese compadecerse desde dentro del autocar; lo hizo abriendo su boca exageradamente, cerciorándose de que la rubia leyese sus labios entre la multitud y el humo.La tercera estupidez tuvo que dejarla escrita en el aire porque la chica se había perdido a lo lejos: Me duele tanto tenerte cerca que al final he salido huyendo,,,
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